Ronaldinho está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias su pulso con el Barcelona. El brasileño amenazó con romper su contrato con el club azulgrana si se le impide su participación en los Juegos Olímpicos. Su entorno no explicó cómo, pero así lo filtró 'O Globo' a través de su página web y parece que la solución estaría en el 'caso Webster'. Así, Dinho, al que le restan dos años de contrato, podría salir a un precio muy inferior al de mercado acogiéndose al famoso artículo 17 de FIFA.
Lo cierto es que Pep Guardiola se encontrará mañana con el primer problema serio como entrenador del Barcelona. Ronaldinho no se presentará al primer entrenamiento, desoyendo así al club, que le había citado para que se incorpore al equipo y empiece a preparar la temporada. El Barcelona quiere tener a todos sus jugadores disponibles de cara a la previa de la Champions, que se juega a mediados de agosto.
No obstante, el brasileño no la disputará. Primero porque el propio futbolista quiere ir a los Juegos Olímpicos con Brasil desobedeciendo al club. Segundo, por que no entra en los planes de Guardiola. Y tercero, porque si el Barcelona lo alineara un solo minuto, Ronaldinho no podría jugar la Champions con ningún otro equipo, lo que le cerraría las puertas de los clubes más importantes.
La decisión de que el club obligue a Ronaldinho a estar en Barcelona mañana y privarle de ir a los Juegos debe entenderse como un castigo por el bajo rendimiento y la falta de disciplina de la última temporada. Además, la secretaría técnica, el cuerpo técnico y, sobre todo, la directiva quieren dar una imagen de inflexibilidad. Así, Laporta tomará cartas en el asunto y sancionará al atacante si el lunes no ha llegado.
No jugará la previa
Lo que también tienen claro todos los estamentos del club es que Ronaldinho no disputará la previa para la que quieren tenerle. Esto reduciría la posibilidad de traspasarle sólo a los equipos que no disputan la Champions. Aunque actualmente los dos clubes que más interesados están en el brasileño no disputan la Liga de Campeones (Milan y Manchester City), el club no quiere poner más trabas a sus salida.
Por parte del jugador, su posición de echar un pulso al Barça también debe entenderse como una medida de presión para forzar su salida a un precio mucho más barato del que pretenden ingresar por él. Además, Dinho ya se ve fuera del Barça y espera cerrar en breve su traspaso.
Con su decisión, Ronaldinho se lo pondrá muy fácil a Guardiola y a la directiva, ya que la masa social entenderá perfectamente que se trata de un acto de indisciplina por parte de un jugador que se ha tomado muchas licencias, al que se le ha permitido todo y que no ha ofrecido en los dos últimos años el rendimiento que se esperaba de su estatus de crack.
La CBF apoya al jugador a pesar que la normativa es clara y el Barcelona no está obligado a ceder a ningún jugador mayor de 23 años porque los Juegos Olímpicos no figuran en el calendario FIFA. El portavoz de la Confederación, Rodrigo Paiva, se mostró contrario a acatar la voluntad del club azulgrana: "Independientemente de lo que diga la FIFA, la lógica está de nuestra parte".