La Junta Directiva del Real Madrid del pasado jueves, la última antes de las vacaciones veraniegas, sirvió para que la planta noble del Santiago Bernabéu optase por reactivar el Plan B de fichajes ante la posibilidad, cada día más creciente, de que Cristiano Ronaldo no recale finalmente en la primera plantilla de Bernd Schuster.
Y la apuesta es clara: Rafael (Van der Vaart, Hamburgo), David (Villa, Valencia) y Diego (Ribas da Cunha, Werder Bremen). Los contactos con sus respectivos entornos se han intensificado en las últimas horas y el club blanco los tiene en la agenda para lanzarse a por ellos si finalmente Cristiano Ronaldo en lugar de Príncipe les sale rana. Cualquier precaución es poca con tal de no poder ofrecerle a la parroquia madridista al menos tres nombres que llevarse a la boca para encarar la nueva temporada, sobre todo la Europea, con más entusiasmo. Sobre todo porque el madridismo quiere algo más que limitarse a superar la fase de grupos en la máxima competición continental y ansía el volver a codearse con los mejores temporada tras temporada.
Durante esa Junta Directiva se tocaron otros nombres de posibles fichajes para el club blanco. Entre otros, el de Kaká, el de Cesc Fàbregas y el de Drogba. Respecto al primero, se consulto al Milan, quien aseguró que no lo vende. En el Madrid se considera además que batir la competencia de Abramovich y sus petrodólares sería casi imposible, por lo que quedó descartado pero con la esperanza de que el brasileño se pronuncia algún día a favor de recalar en el club blanco. En cuanto al español de los gunners, el Madrid cree que Fàbregas está más cerca del Barcelona si acaba saliendo del Emirates que de cualquier otro equipo. Respecto al costamarfileño, el delantero no convence a Schuster debido a su edad: el alemán prefiere apostar por Higuaín, quien tendrá mucho más protagonismo esta temporada, por lo que el preacuerdo que el Madrid mantenía con él no se hará efectivo.
Los nombres elegidos obedecen, además, al convencimiento dentro de la Junta Directiva, algo ratificado por todos los estamentos deportivos del club, de que hay que ir buscando sustitutos para Guti y Raúl, cuyo ocaso está más cerca que lejos. Para esas posiciones los elegidos son Diego, un futbolista que lleva dos años en la órbita madridista y que podría salir de su equipo, el Werder Bremen, por unos 25-30 millones de euros (tal veza hora incluso menos dado el desplante protagonizó ayer, al despedirse a la francesa del club alemán para irse
a disputar los JJ OO con Brasil sin permiso) y cuyos 23 años (cumplirá
24 en octubre) son una garantía de futuro,
y David Villa, al que cada vez que suena el interés blanco le brillan los ojos. El Valencia le ha puesto precio: 40 millones. El tercer fichaje sería el de Rafael van der Vaart, por unos 6 millones de euros. El Madrid le tiene asegurado para la próxima temporada por un precio
aún más bajo, pero si CR7 finalmente descarta el aterrizaje en el
Bernabéu, 'el de la velocidad' (traducción libre de su apellido) será
blanco este mismo verano.
En esa misma Junta Directiva se descartó
ponerle una fecha tope a la espera sobre la decisión de Cristiano
Ronaldo. Hasta el 31 de agosto, en que se cierra el plazo de fichajes,
mantendrá la esperanza de que la operación llegue a buen puerto, tal y
como asegura el presidente Calderón, aunque lo que ha quedado claro es
que su fichaje sólo se hará negociando con el Manchester United y no
tensando la cuerda.